POESIAS - DAVID BIRENBAUM | |||||||||||
|
Home
|
{III} |
|||||||||
{III} Zavaleta el del eclipse ha descubierto que el fascismo es fascinante. No soportaría esa prenda sobre su cuerpo pero la visión de un hombre o una mujer portando el emblema de la certeza, el orden o la sangre del cuchillo lo calientan más que las piernas abiertas de Mariel Zavaleta riega la vereda entre siete y siete y veinte; la gente que pasa a esa hora molesta terriblemente porque obliga a cortar el chorrito. Siete y media el patrullero pasa despacio. Zavaleta sonríe de verdad. Él está convencido: los muchachos de azul lo quieren y a la noche suele pensar "si no fuera por la pierna". Zavaleta, portero del tres veintiocho, siempre cogió con putas y a su mujer por la fuerza; ahora se queja de vista cansada y confiesa sentirse muy poca cosa. Ignora que forma parte del poderosísimo lastre humano
Zavaleta emprendería una fuerte actividad comercial Un garage reciclado. Un tubo fluorescente renegrido y zumbón. Una lista de precios Afuera hace treinta años el mismo letrero de neón:
Nunca ofreció más de veinte variedades, incluidos "sus afamados triples que hacen las delicias del barrio". Los Mil Sándwich ayer anunció el lanzamiento de sus TORTAS ALEMANAS y mesitas en la vereda de 19 a 24. Fumando a la entrada de la sandwichería Zavaleta espera a los que salen de misa. [volver]
Zavaleta acomodó la nave en la órbita programada, se preparó para batir el record de permanencia en el espacio. Pero la visión del planeta lo dejó seco. Ni siquiera en dibujos animados Había visto algo tan evidente Y a la vez descabellado: América del norte cabeza abajo y arriba, el polo sur. "¿Seré yo el que está patas para arriba?" Hizo dar la nave una vuelta de campana. Ingrávido sentía el regreso del orden. "Somos seres de costumbre sentenció- en los aniversarios animalitos acongojados o felices, amantes de los números redondos y los múltiplos de diez." Más relajado, se comunicó con Houston.
El Señor Presidente de la Nación Doctor Domingo Zavaleta Compatriotas ¿Quieren saber como llegué de dentista a presidente? Estafando a los pacientes. Arranqué muelas sin necesidad, a los dientes de leche nunca di importancia. Ahorré en todo lo que pude: anestesia, SOLOCALM y el pedaleo innecesario del sillón. Lo que no ahorre fueron palabras. Ellas reemplazaron la anestesia y también boleaban a la gente. Así es más fácil sacarle plata. Pero no he venido hasta aquí para hablar de métodos de engaño, artilugios, malabares, trucos baratos. En síntesis, no he venido a engañarlos Entonces, ¿para que estamos aquí? Estamos para que ustedes me engañen. Para que aplaudan mis pavadas. Los aplausos volverán en obras que realizaré henchido de vuestro estímulo sagrado. ¿Cuáles obras para el año próximo? ¡Qué importa cuáles obras! Lo que importa son mis pavadas y sus aplausos. Mis aplausos y sus pavadas. Pavadas y aplausos sin fin creciendo hasta hermanarnos todos juntos en la construcción de nuestra gran casa ¡La República Argentina! ¡¡¡Hermanos, unamos todos nuestras manos y cantemos juntos la canción patria!!! [volver]
Zavaleta asiste impotente a los cambios Zavaleta asiste impotente A los cambios de su hijo Martín. Encuentra en un cajón de madera barata La canción que el píbe rockero Olvidó en alguna de las tantas mudanzas.
Zavaleta cierra el cajón del escritorio Cierra la puerta de la oscura habitación. Viaja lentamente en un automóvil blanco al entierro de su hijo, suicidado ayer.
Los domingos siempre me aburrieron El plan de la barra era dar vueltas en el FIAT 600 hasta agotar la nafta o el entusiasmo. Detestaba a los hombres llamados Domingo: Sarmiento, Perón, Zavaleta, El sacamuelas de la avenida Maipú. Estaba solo. Entonces me casé y desafié a los domingos ¡A todos juntos les hice frente! Pasó el tiempo. Pasaron los amigos (la barra, el club, etc.). Quedó la depresión de los domingos. Comprendí a los hombres Que se emborrachan el sábado Y despiertan el lunes. Estábamos solos. Ella y yo. Llegaron los hijos crecieron y se fueron un día domingo. Terminó esta confesión Antes de que sean las doce: mi lapicera se transforma en una botella y el papel en la pantalla del televisor. Monseñor Domingo desciende [volver] |